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9 de diciembre de 2025
1 de diciembre de 2025
Visita virtual: NIÑO JESÚS NAZARENO, un ejercicio de delicadeza para los sentidos
NIÑO JESÚS NAZARENO
Luisa Roldán, la Roldana (Sevilla, 1652 – Madrid, 1706)
A/ Niño Jesús Nazareno, Niño del Dolor, 1692, madera de castaño y telas encoladas policromadas, 75 cm
Real Congregación de San Fermín de los Navarros, Madrid
B/ Niño Jesús Nazareno, h. 1692, madera y telas encoladas policromadas, 71 cm
Convento de San Antón, Madres Capuchinas, Granada
Escultura barroca. Escuela sevillana
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| LUISA ROLDÁN. Niño del Dolor, 1692 |
Fue su esposo, el escultor y dorador sevillano Luis Antonio de los
Arcos, que trabajó en el taller de su padre Pedro Roldán, quien le permitió
realizar el examen de maestría, el instalar taller propio —con la facultad de
firmar contratos— y acoger aprendices y oficiales.
La producción de Luisa Roldán sigue
de cerca el estilo paterno, cuya influencia fue poderosa en el campo de la
escultura barroca del último tercio del siglo XVII en Sevilla, especialmente patente
en los trabajos realizados por sus hijas y maridos, como la escultora María
Josefa Roldán (1644), casada con el escultor Matías de Brunenque; la
policromadora Francisca Roldán (1651), casada con el escultor José Felipe Duque
Cornejo; Luisa Roldán (1652), que contrajo matrimonio con el policromador Luis
Antonio de los Arcos; Isabel Roldán (1657) casada con Alejandro Martagón,
colaborador en el taller paterno; Marcelino José Roldán (1662), director del
taller a la muerte de Pedro Roldán y padre de los escultores Jerónimo y Diego,
así como Pedro de Santa María Roldán (1665), escultor que no alcanzaría el
éxito.
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| LUISA ROLDÁN. Niño del Dolor, 1692 |
Real Congregación de San Fermín de los Navarros, Madrid.
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| LUISA ROLDÁN. Niño del Dolor, 1692 |
Para merecer ese favor solicitado, la escultora expone como méritos el
haber realizado dos esculturas, “la imagen del Ángel y el Niño Nazareno”,
que Pleguezuelo identifica con la monumental escultura de San Miguel
luchando con el diablo, hecha para el rey Carlos II, que la depositó en
el Monasterio de El Escorial (actualmente expuesta en la Galería de las
Colecciones Reales, Madrid), y el denominado Niño del Dolor, una
delicada escultura en la modalidad de Niño Jesús Nazareno hecha para la reina
Mariana de Neoburgo, segunda esposa de Carlos II, cuya boda por poderes se
celebró el 28 de agosto de 1689 en la ciudad alemana de Ingolstadt y con
presencia personal de ambos contrayentes el 14 de mayo de 1690 en la iglesia
del convento de San Diego, anexo al Palacio Real de Valladolid.
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| LUISA ROLDÁN. Niño del Dolor, 1692 |
Al no figurar expresamente en el testamento de la reina que la escultura
fuera donada a alguna persona en concreto o institución religiosa, pasó a
pertenecer a Isabel de Farnesio, sobrina de la reina y su heredera universal,
una aristócrata italiana que, como reina consorte de España —segunda esposa de
Felipe V— formó una importante colección de arte a la que pertenecieron
célebres pinturas conservadas en el Museo Nacional del Prado de Madrid.
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| LUISA ROLDÁN. Niño del Dolor, 1692 |
Como agradecimiento al valioso donativo de la escultura de Luisa Roldán,
que fue tasada ese año en 1.200 reales, se celebró un funeral en memoria de la
reina Mariana de Neoburgo, siendo la escultura colocada en el altar mayor de la
iglesia de la Congregación. Tras ser sacada en procesión en algunas ocasiones y
apreciándose un cierto deterioro, la escultura fue restaurada en 1889 por A.
Gil Montejano.
Un hecho decisivo para su conservación fue el traslado de la imagen por motivos de seguridad, ya en el siglo XX, al Salón de Juntas de la Real Congregación, con lo que pudo librarse de la quema de obras religiosas que sufrió la iglesia durante la Guerra Civil española. Durante el año 2000 la escultura fue minuciosamente restaurada por Cristóbal Antón.
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| LUISA ROLDÁN. Niño del Dolor, 1692 |
El Niño del Dolor se encuadra en la iconografía del Niño Jesús
Nazareno, derivada de la tipología de las imágenes del Niño Jesús Pasionario, una
iconografía piadosa en la que el Divino Infante aparece representando con los
estigmas, el sufrimiento y los atributos de la Pasión, un tipo de
representación que en España alcanzó un gran desarrollo —especialmente en las
clausuras— durante los siglos XVII y XVIII. Siguiendo los postulados de la
Contrarreforma, este tipo de representación venía a prefigurar el sacrificio de
Cristo para redimir al mundo, intentando al tiempo provocar la piedad y la emoción
en los fieles a través de los sentidos y sentimientos, en esta obra de Luisa
Roldán suscitando con su expresión de sufrimiento —acentuada por tratarse de un
niño— una compasión cargada de un hondo misticismo.
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| LUISA ROLDÁN. Niño del Dolor, 1692 |
En su caminar adelanta el pie izquierdo, que apoya sobre el globo
terráqueo — símbolo del alcance universal de su misión—, mientras el derecho,
más retrasado, lo hace sobre la cabeza de un querubín que, al igual que los
otros tres que le acompañan, muestran gestos lastimosos de dolor. Todos estos
elementos simbólicos conforman la base de la escultura y descansan sobre su
elaborada peana original, que con 30 cm de altura tiene forma hexagonal,
apoyada sobre bolas y decorada al frente con formas florales en relieve.
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| LUISA ROLDÁN. Niño del Dolor, 1692 Detalle de la policromía, con medallones a punta de pincel con temas del Antiguo Testamento |
Para realizar tan expresiva escultura, Luisa Roldán seguramente se
inspiró en grabados devocionales del flamenco Hieronymus Wierix o de Philips
Galle que circulaban en España por los talleres artísticos, aunque también es
posible que encontrara su inspiración en el cercano Valdés Leal, cuyas pinturas
con el tema del Niño Jesús guarda notables concomitancias.
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| LUISA ROLDÁN. Niño Jesús Nazareno, hacia 1692 Convento de San Antón, Granada |
Convento de San Antón, Madres Capuchinas, Granada.
Una segunda y magnífica versión del mismo tema, con similares
dimensiones (71 cm y peana de 39 cm de altura), se conserva en el convento de
Capuchinas de San Antón de Granada. Este Niño Jesús Nazareno se debe
igualmente a las gubias de Luisa Roldán, que habría contado con la colaboración
de su marido Luis Antonio de los Arcos, mientras la policromía corrió de nuevo
a cargo de su cuñado Tomás de los Arcos.
Se apunta que posiblemente fuera realizada, hacia el mismo año que la
anterior, para la duquesa de Berlips (María Josefa Gertrudis Wolff von
Gudenberg), noble cortesana del séquito de la reina Mariana de Neoburgo que la
acompañó en su viaje a España y posteriormente ejerció como su camarera mayor y
confidente. Se desconocen las circunstancias en que llegó al convento
granadino.
La escultura repite la composición del Niño del Dolor madrileño
con ligeras variantes, con la figura del Divino Infante en actitud de marcha y portando
sobre su hombro izquierdo una cruz de troncos circulares con nudos visibles, la
túnica dispuesta de igual manera y con la novedad de presentar una soga anudada
al cuello y que baja para ceñir la cintura mediante un anudamiento en el
costado derecho. En la base se repite el apoyo del pie izquierdo sobre el globo
terráqueo —en el que se reproducen mares y continentes— y el derecho sobre una
de las cabezas de los cuatro querubines alados con rictus apenado, elementos
simbólicos que aluden al alcance universal de su sacrificio y al fin doloroso
al que se encamina el Niño.
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| LUISA ROLDÁN. Niño Jesús Nazareno, hacia 1692 Convento de San Antón, Granada |
No obstante, el elemento que marca la mayor diferencia de este Niño
Jesús Nazareno de Granada respecto al Niño del Dolor madrileño es el
cambio de color en la policromía de la túnica aplicada por Tomás de los Arcos
que, manteniendo los mismos motivos decorativos vegetales, sustituye los tonos
violáceos por otros grisáceos, manteniendo la originalidad de insertar, a punta
de pincel, una serie de medallones con escenas del Antiguo Testamento que
prefiguran el sacrificio de Cristo tomando como referencia al que coincide con
la rodilla izquierda, que en este caso representa a Sansón bebiendo de la
quijada del asno (Jueces 15; 15-19). El acertado tratamiento de la
policromía, cercana a los modos de Valdés Leal, contribuye a sugerir la
naturaleza divina del Niño, que se muestra ante el espectador dotada de luz
interior y llena de trascendencia mística, aunque su condición frágil y humana
queda reflejada en las mejillas sonrosadas, en el tono de los labios, en los
párpados enrojecidos, etc.
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| LUISA ROLDÁN. Niño Jesús Nazareno, hacia 1692 Convento de San Antón, Granada |
Informe y
fotografías: J. M. Travieso.
Notas
1 AMADOR
MARRERO, Pablo Francisco: Niño Jesús Nazareno. En catálogo de la
exposición “Luisa Roldán. Escultora Real”, Museo Nacional de Escultura,
Valladolid, 2024, p. 184.
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| LUISA ROLDÁN. Niño Jesús Nazareno, hacia 1692 Convento de San Antón, Granada |
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| LUISA ROLDÁN. Niño Jesús Nazareno, hacia 1692 Convento de San Antón, Granada |
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| LUISA ROLDÁN. Niño Jesús Nazareno, hacia 1692 Convento de San Antón, Granada |
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| LUISA ROLDÁN. Niño Jesús Nazareno, hacia 1692 Convento de San Antón, Granada |
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| LUISA ROLDÁN. Niño Jesús Nazareno, hacia 1692 Convento de San Antón, Granada |
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| Hieronymus Wierix Grabados del Niño Jesús de la Pasión |
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| Izda: LUISA ROLDÁN. Jesús Nazareno Convento de las Nazarenas, Sisante (Cuenca) Dcha: Francisco Gazán. Grabado de Jesús Nazareno de Sisante Colección particular |
28 de noviembre de 2025
1 de noviembre de 2025
Theatrum: BAUTISMO DE CRISTO, exaltación trentina de un sacramento
BAUTISMO DE CRISTO
Anónimo romanista, seguidor de
Esteban Jordán (León, h. 1530 – Valladolid, 1598)
Hacia 1590
Madera policromada, Cristo 140 cm
y San Juan Bautista 163 cm de altura
Iglesia de Nuestra Señora de la
Victoria, Valladolid
Escultura renacentista. Corriente
romanista
Cristo aparece en plena desnudez y con el paño de pureza
sujeto a la cintura por una correa. En actitud de rodillas sobre una roca,
cruza sus brazos a la altura del pecho mientras inclina suavemente su cabeza al
frente en un gesto de entrega y sumisión. Su cabeza presenta una larga melena
simétrica, dirigida hacia atrás y con rizos poco profundos que deja visible
parte de las orejas, así como una barba algo más elaborada. Su nariz es afilada
y, de acorde a la época de su ejecución, los ojos están pintados, sin el uso de
postizos.
Hay que destacar que la posición de San Juan Bautista se ajusta con
fidelidad a una de las ilustraciones (Tabula V, Libri II) del libro publicado
en Roma en 1556 por el médico y anatomista Juan Valverde de Amusco (Amusco, Palencia,
1525 – Roma, 1587) bajo el título de Historia de la composición del cuerpo
humano, obra que contó con la participación ilustradora, entre otros, de
Gaspar Becerra, constituyendo un contundente ejemplo de interrelación entre los
campos de la ciencia y el arte en tiempos del Renacimiento europeo.
El plegado de la indumentaria no presenta la ampulosidad que suele
utilizar Esteban Jordán desde sus inicios, con vestiduras abultadas que
resaltan el volumen de las figuras. En este caso los pliegues son bastante
planos y con perfiles muy finos. Por todos estos matices, el grupo del Bautismo
de Cristo podría atribuirse a algunos de los colaboradores del amplio grupo
que trabajó en el taller de Esteban Jordán en Valladolid para atender la gran
demanda de imágenes, en todo tipo de materiales, desde distintas poblaciones
del territorio castellano.
Asimismo, durante el barroco el tema también fue abordado por grandes
maestros escultores, como es el caso de Gregorio Fernández en Castilla, autor
en 1624 del Bautismo de Cristo encargado para la iglesia del Carmen
Descalzo de Valladolid, actualmente en el Museo Nacional de Escultura. Otro
tanto ocurrió en la escuela andaluza, como el altorrelieve realizado por Juan
Martínez Montañés entre 1610 y 1620 para el retablo de San Juan Bautista de la
iglesia de la Anunciación de Sevilla, o el que realizara el mismo escultor en
1624 para el monasterio sevillano de San Leandro. Notable es igualmente el
relieve realizado por Felipe de Ribas en 1637 para el retablo de San Juan
Bautista del Monasterio de Santa Paula de Sevilla. Fuera de España destaca el
grupo marmóreo realizado por Francesco Mochi en 1654 y colocado en la iglesia
romana de San Giovanni dei Fiorentini, así como el grupo del Bautismo de
Cristo realizado en mármol entre 1700 y 1703 por Giuseppe Mazzuoli y que
preside el altar mayor de la concatedral de San Juan de La Valeta (Malta).
El grupo vallisoletano fue restaurado en 2016 por la Fundación Las
Edades del Hombre para ser presentado en la exposición Aqva
celebrada en Toro (Zamora)1.
Informe y
fotografías: J. M. Travieso.
Notas
1 PARRADO DEL OLMO, Jesús María: Bautismo de Cristo. Exposición Aqva, Fundación Las Edades de Hombre, Toro (Zamora), 2016, p. 224.
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| Juan Valverde de Amusco "Historia de la composición del cuerpo humano", 1560 Diseño de Gaspar Becerra cuya posición corporal repite la figura de San Juan Bautista Museo del Santo Ángel, Sevilla |
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| GREGORIO FERNÁNDEZ Bautismo de Cristo, 1624 Museo Nacional de Escultura, Valladolid |
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| JUAN MARTÍNEZ MONTAÑÉS Bautismo de Cristo Retablo de San Juan Bautista, 1610-1620 Iglesia de la Anunciación, Sevilla |
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| JUAN MARTÍNEZ MONTAÑÉS Bautismo de Cristo, 1622 Monasterio de San Leandro, Sevilla (Foto Daniel Salvador) |
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| FELIPÈ DE RIBAS Bautismo de Cristo, 1637 Retablo de San Juan Bautista Monasterio de Santa Paula, Sevilla |
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| FRANCESCO MOCHI Bautismo de Cristo, 1654 Iglesia de San Giovanni dei Fiorentini, Roma |
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| GIUSEPPE MAZZOLI Bautismo de Cristo, 1700-1703 Concatedral de San Juan, La Valeta (Malta) |
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1 de octubre de 2025
Visita virtual: CRISTO SOBRE LA PIEDRA FRÍA, reflexión en la hora de la muerte
CRISTO SOBRE LA PIEDRA FRÍA
Anónimo flamenco, taller de Amberes
Hacia 1500
Madera policromada
Capilla de San Enrique, Catedral
de Burgos
Escultura gótica. Escuela flamenca
No es fácil determinar la fuente literaria que proporcionó inspiración
para esta imagen, pues las escenas de los preparativos para la crucifixión son
ignoradas tanto por los autores de los evangelios canónicos como en los
evangelios apócrifos. Algunos historiadores sugieren la hipótesis de que el
origen literario se podría encontrar en la literatura de los Místicos, tan
abundante en la baja edad media, como por ejemplo Las Meditaciones del
Pseudo Buenaventura, obra del siglo XIII que relata la vida de Cristo con
profusión de pormenores, estructurando las reflexiones sobre la pasión de
acuerdo a la distribución de las horas litúrgicas, aunque en lo referido a la
hora sexta, en que se produce la crucifixión, solamente se describe cómo los
sayones despojan a Cristo de sus vestiduras.
Seguramente más influyente en los artistas fue la imagen que Alberto
Durero incorpora en el frontis de su serie dedicada a la Pasión, realizada en
1511, donde aparece Cristo sentado sobre una piedra tallada, con la corona de
espinas, sin ningún tipo de ataduras y sujetando su rostro con la mano derecha
con gesto de aflicción. Desde los inicios del siglo XVI varios pintores de la
escuela flamenca desarrollaron este tema, como Hans Holbein el viejo
(Niedersächsische Landesgalerie, Hanover), Cornelis Engelbrechtsz (Museo de
Bellas Artes, Amberes) o Bernald van Orley (National Gallery, Edimburgo). En
España el tema fue recogido por Juan de Flandes, que entre 1496 y 1497 realiza
la tabla que se conserva en el Museo Nacional del Prado y que presenta un
estilo equiparable al Políptico de Isabel la Católica (Galería de las
Colecciones Reales, Madrid), con Cristo en plena desnudez, sumido en sus
pensamientos y alejado del primer plano, lo que acentúa la sensación de
soledad.
El
“Cristo sobre la piedra fría” de Burgos
La escultura está elaborada en madera policromada y sigue el modelo
aparecido en Bruselas, hacia mediados del siglo XV, conocido como Cristo
sobre la piedra fría, un pasaje de acentuado patetismo en el que Cristo se
encuentra sentado sobre un peñasco en el Monte Calvario a la espera de ser
crucificado. Cristo aparece con las piernas ligeramente orientadas a la
izquierda, con los pies apoyados a diferentes alturas, mientras el torso y la
cabeza giran hacia la derecha, cruzando los brazos a la altura del abdomen.
Sobre su cuerpo se aprecian las llagas producidas en los castigos previos a la
crucifixión, como los pasajes de la Flagelación y la Coronación de espinas,
ciñendo su cabeza con una abultada corona formada por ramas entretejidas y
talladas en la propia madera, al igual que la gruesa soga que ata sus brazos a
la altura de las muñecas.
El sentido dramático de la figura queda muy bien reflejado en el trabajo de la cabeza, que presenta un rostro considerablemente estilizado. Su mirada es triste, con las cejas arqueadas, el entrecejo fruncido, los ojos hundidos y los párpados hinchados sugiriendo el llanto. La nariz es larga y bien perfilada, mientras en la boca, que permanece entreabierta, se aprecian los dientes. Rodea la boca una corta barba de dos puntas simétricas minuciosamente descritas, quedando el rostro enmarcado por una larga melena conformada por largos, densos y sinuosos tirabuzones que, calados en sus extremos, caen en vertical sobre los hombros.
* Capilla de San Enrique, Catedral de Burgos, 1500, el de mayor calidad
de todos.
* Monasterio de Santa María la Real de Vileña, Villarcayo (Burgos), h. 1500, talla
de 30 cm.
* Museo Diocesano de Arte Sacro, Bilbao, 1500-1510.
* Ermita de la Piedad, Ondarroa (Vizcaya).
* Ermita del Santo Cristo de la Piedad, Lekeitio (Vizcaya).
* Iglesia del Convento de San Antonio, Vitoria.
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| El "Cristo sobre la piedra fría" en el retablo barroco de la Capilla de San Enrique, Catedral de Burgos |
* Iglesia de San Felipe y Santiago, Zaragoza, entre 1475 y 1520.
* Monasterio Real de Santa María de Pedralbes (Barcelona), h. 1500.
* Real Convento de la Inmaculada Concepción de Santa Cruz de la Palma, s.
XVI.
Informe y
fotografías: J. M. Travieso.
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| Israhel van Meckenem. Grabados de la Pasión, s. XV Metropolitan Museum, Nueva York |
Notas
1 MALE, Emile: L’art religieux de la fin du moyen âge, París, 1908, p. 98.
2 REAU, Louis: Iconografía del arte cristiano, t. II, Barcelona, 1996, pp. 487-489.
3 MUÑIZ PETRALANDA, Jesús: El Cristo sobre la piedra fría. Notas en torno a una imagen del Museo Diocesano de Bilbao y el arraigo de su iconografía en Vizcaya. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA), Tomo 69-70, Universidad de Valladolid, 2003-2004, págs. 247-278.
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| Alberto Durero. Frontis de la Pasión pequeña, 1511 Museo Arocena, Torreón (México) |
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| Juan de Flandes. Cristo sobre la piedra fría, 1496-97 Museo Nacional del Prado |
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| Anónimo flamenco. Cristo sobre la Piedra Fría Izda: S. XVI, Catedral de San Pedro, Lovaina Dcha: Hacia 1550, Museo del Hospital de San Juan, Brujas |
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| Anónimo hispanoflamenco. Cristo sobre la Piedra Fría Izda: Hacia 1500, Monasterio de Pedralbes, Barcelona Dcha: Mercado del arte, Gal. Segre |
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| Jan Gossart. Cristo sobre la Piedra Fría, 1520 Museo del Louvre, París |
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